domingo, 12 de octubre de 2014

12 de Octubre nada que celebrar


Es la hora de la segunda oleada independentista:

Cientos de años después de la invasión por parte de las tropas encabezadas por Cristobal Colón, los pueblos de Latinoamérica fueron levantando poco a poco su cabeza, recobrando su dignidad, hasta poder abrazar la ansiada libertad. La lucha popular, la desobediencia, dieron sus frutos y así, pueblos como el venezolano, boliviano u otros, recuperaron su soberanía y, de la mano, caminan en un proceso duro, difícil y costoso hacia el socialismo. Vaya desde aquí nuestro saludo, ánimo y abrazo solidario.

 

Cientos de años han pasado desde la primera oleada independentista de los pueblos oprimidos por el Estado español, cientos de años que solo han servido para evidenciar, más si cabe, la inexistencia de ese proyecto territorial llamado "España", si no es en relación a los intereses que en este proyecto ficticio, tienen aquellos explotadores de la clase trabajadora, aquellos cuya única patria es el dinero, aquellas que no dudan en desposeernos no solo de nuestra cultura colectiva, si no hasta de pan y trabajo a las trabajadoras. Cientos de años que han vuelto a poner sobre la mesa el significado de la ideología españolista.

La ideología españolista ha sido, es, y será, sinónimo de conculcación de los derechos a las mujeres, a los pueblos y a las trabajadoras. Es por ello que esta ideología no responde más que a la justificación política del mantenimiento de un estado, creado por reyes, mantenido por dictadores y burgueses, para servir sus intereses, en detrimento de los derechos de las trabajadoras y los pueblos.

Por eso hoy, aquí, ahora, en el Estado español, es la hora de la segunda oleada soberanista. En un momento clave, donde asistimos a una segunda transición, debemos tomar la voz y la palabra, para alzar un crisol de colores en forma de puño, que haga saltar en añicos las cadenas de la imposición, y nos convierta en pueblos soberanos, pueblos libres.

Es la hora de alcanzar nuestros derechos y libertades colectivas, de materializar los esfuerzos de tantos/as compañeros/as loables durante siglos.

¡Hagamos que la sal que echaron sobre los restos de los/las comuneras para que nada creciera, se convierta en semillas de las que broten miles de flores rebeldes, que hagan estallar la primavera comunera!
12 de Octubre, nada que celebrar.

Yesca, la juventud castellana y revolucionaria


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