miércoles, 27 de marzo de 2013

Thuram y la crisis del capitalismo en Europa: “Los políticos ya no mandan, sino los bancos, las empresas”

Con nueve años, Lilian Thuram (Guadalupe, 1972) viajó a París soñando con ser futbolista. Casi todo se hizo realidad. Jugó en Francia, Italia y en el Barça de Ronaldinho, fue campeón mundial (1998) y europeo (2000) con la selección gala y es el bleu más veces internacional: 142. Ya retirado, aquel lateral derecho de físico portentoso apoyó en política a la socialista Ségolène Royal y ha escrito “Mis estrellas negras” (editorial Now Books), un canto contra el racismo.
http://www.futbolrebelde.org/blog/?p=3755#more-3755
Pregunta. ¿Por qué ese libro? 
Respuesta. La mayoría de la gente, cuando habla de la población negra, piensa en la esclavitud. Así es normal que luego tengan una imagen muy negativa de las personas negras. Es inconsciente. El racismo es, ante todo, una manera de pensar condicionada por la historia. Es como decir que los hombres son superiores a las mujeres. El sexismo es igual que el racismo. Una jerarquía según el color de la piel o el género. Mi libro intenta hacer entender esa historia, que la gente cambie su imagen de las personas negras. Para los niños lo más importante es soñar, pensar que lo puedes conseguir todo. Pero cuando eres negro, como me pasó a mí, la sociedad no te deja soñar con todo. Lo más importante para un niño es tener autoestima, respetarse a sí mismo. Eso es algo que se construye. Imagínese a usted de niño en clase. Todos a su alrededor son negros, todos, también en la sociedad. ¿Cómo se sentiría? La gente no lo piensa porque para ellos es normal. Los niños crecen con prejuicios negativos contra los negros, porque es una cosa inconsciente. Lo que quiero decir es que todos tenemos estrellas de colores diferentes. Podemos cambiar nuestra manera de ver el mundo.

P. ¿De niño sintió ese racismo?
R. Yo nací en Guadalupe. La mayoría tienen el color de mi piel. Llegué a Francia a los nueve años, a París. Siempre digo que a esa edad me convertí en negro, porque uno se hace negro debido a la mirada del otro. Soy negro porque el otro me ve así. De pequeño veía unos dibujos animados en que salían dos vacas, una blanca muy inteligente y una negra muy estúpida. ¿Por qué la negra es estúpida? En el colegio me llamaban como la vaca negra. Yo no lo entendía, estaba muy triste. Le pregunté a mi madre por qué el color de la piel negra era una imagen tan negativa. Me dijo que las cosas eran así y la gente no cambiaba. No fue una respuesta buena. El racismo es cultural, es una concepción política y económica. Pero las razas no existen. Solo hay una raza humana. Durante siglos, incluso en la escuela, se enseñó que la raza blanca es la superior, y no hace tanto de eso. El racismo tiene una historia muy cercana a nuestro tiempo: años 60 en América, 90 en Sudáfrica… Racismo y nazismo están unidos: el blanco es superior, y dentro del blanco, el ario.
P. Usted que ha jugado en Francia, Italia y España, ¿ha sentido racismo en el fútbol?
R. Sí. En Italia cuando un jugador negro tocaba la pelota simulaban el sonido del simio. Decían que el negro es el eslabón perdido entre el mono y el hombre. Pero ese no es el racismo más peligroso, porque es un racismo que se puede ver. El más peligroso es la gente que es racista de manera inconsciente. Cuando vas a por un trabajo, y te dicen que no por pensar mal de ti.
P. ¿En España también lo vio?
R. Recuerdo lo que le pasó a Samuel Eto’o en Zaragoza. Racismo hay en todos los sitios. En Guadalupe la gente se mira también según el color de la piel, dicen que los más claros son mejores. Es una filosofía impuesta cuando Europa dominaba el mundo. Es el modo en que se cuenta la historia. Cuando voy al colegio le pregunto a los niños quién es Cristóbal Colón. “El hombre que descubrió América”, dicen. Yo abro la puerta y digo que he descubierto la clase. Y me dicen que no, que ellos ya estaban allí. Pues antes que Colón ya estaban los amerindios. A ellos no se les cuenta como personas.
P. ¿Qué puede hacer el fútbol?
R. El fútbol ya ayuda mucho. Dentro de un equipo hay personas de países diferentes, una gran diversidad. Si te gusta ese equipo, eso ayuda a abrir tu mente. El color no es una cultura. Puede haber un negro catalán. En Italia a Balotelli le gritan que un negro no puede ser italiano. ¡Es increíble! Piensan que el color de la piel marca tu cultura. No por ser negro tienes una cultura especial.
P. ¿Y en un vestuario?
R. Ahí es muy difícil, porque el racismo, el prejuicio, desaparece al conocer a la gente. Cuando yo estaba dentro de un vestuario, no veían a un negro, sino a Lilian, a la persona.
P. ¿Dónde ha disfrutado más con el fútbol?
R. Siempre. Nunca he olvidado el niño que era cuando soñaba con jugar al fútbol. Muchos lo olvidan cuando llegan a profesionales. Yo nunca. Cuando miraba mi apellido en la camiseta, era siempre un sueño.Cuando llegué al Barça, a los 34 años, que para mí era increíble porque era viejo, y vi cómo jugaban, me pregunté: “¿Yo qué cosa hacía antes?”. Me pareció el verdadero juego del fútbol. Ahora puedo decir que me he sentido un verdadero jugador por haber estado en el Barcelona. Fue un pecado no haber llegado más joven, porque con 34 años estaba muy condicionado después de 10 temporadas en Italia. Sobre todo para un defensa, era muy difícil cambiar a esa edad.
P. ¿Cómo era la Francia de 1998 y 2000?
R. Era una selección con futbolistas que jugaban muchos en Italia, muy fuertes tácticamente, y así es más fácil ganar. Teníamos a un genio como Zidane, pero fue clave tener a Deschamps… España es hoy más fuerte que nosotros entonces.
P. Era una Francia multicultural…
R. ¿Y España? También lo es. Era una Francia multicolor, no multicultural. Volvemos a confundir el color de la piel con la cultura. Yo soy francés, y tengo mi cultura, pero no es diferente por ser negro. Xavi, Iniesta y Puyol pueden tener una cultura diferente aunque sean blancos.
P. ¿Cómo explica los últimos problemas internos en Francia?
R. Para jugar al fútbol y para ganar necesitas jugadores con buena cabeza. Cuando llegué al Barcelona me gustó mucho que en el vestuario encontré a personas equilibradas, normales: Puyol, Valdés, Iniesta… No piensan que son el centro del mundo por ser futbolistas. Los franceses olvidaron la humildad. Humildad para entender que cuando juegas para la selección, representas algo más importante que tu persona. Para ser un gran equipo debes estar a disposición del compañero. Y era al revés. Francia tenía jugadores que veían el fútbol de una mala manera.
P. ¿Qué le parece que Benzema no cante La Marsellesa?
R. Hay polémica porque se trata de Benzema. Si fuera otro, no pasaría nada. Los jugadores deben saber que los políticos se preocupan del fútbol porque es el deporte más popular. Benzema es adulto y si no quiere cantar el himno, no pasa nada. En España no hay ese problema porque no hay letra.
P. ¿Qué piensa de la situación política y social en Europa?
R. Que los políticos ya no mandan, sino los organismos económicos. Los bancos, las empresas… tienen más poder que los políticos. Los gobiernos han dejado de tomar decisiones, no pueden, porque sobre ellos hay un poder mayor, el dinero. Vivimos en un mundo al revés.
Fuente: Extracto de entrevista realizada por diario elpais.com

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